Las Naciones Unidas han conmemorando el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo desde 1975. Este día está vinculado con los movimientos feministas durante la Revolución Rusa de 1917. Esto significa que durante más de un siglo, las mujeres han estado abogando por su derecho al voto, la igualdad de condiciones de trabajo y la igualdad de remuneración, entre otras demandas.
Hoy, en el siglo XXI, hay leyes y convenciones que hablan de los derechos de las mujeres. Esto incluye los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y su objetivo es acabar con la pobreza mejorando el acceso a la salud, la educación, la protección social y las oportunidades de empleo. En el punto 4 de los ODS, se establece cómo debemos “Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.”
Sin embargo, la realidad es que este objetivo no se ha cumplido. Es desconcertante saber cómo las mujeres están en desventaja simplemente por su género, ya que el informe de ONU-Mujeres dice que “hay 15 millones de niñas fuera del sistema educativo en comparación con 10 millones de niños.”
La brecha educativa comienza en el kindergarten, y a medida que los estudiantes progresan a través de cada nivel educativo, muchas niñas no tienen otra opción que abandonar el sistema educativo temprano. Esto es resultado de la norma social, según la cual se considera que las niñas son responsables de las tareas domésticas y del cuidado de los demás. Además, debido a los embarazos precoces, las niñas no pueden terminar la escuela.
El Proyecto de Empoderamiento de la Mujer (PEM) es consciente de la barrera que existe que impide a las mujeres acceder a la educación. En el Municipio de Tepecoyo, hay 21 mujeres emprendedoras que se esfuerzan por construir un negocio que les permita generar ingresos para ellas y sus familias.
Después de realizar una encuesta sobre el nivel educativo de las 21 mujeres, encontramos que sólo 4 mujeres emprendedoras lograron completar la escuela secundaria (19,04%), 8 emprendedoras (38,09%) completaron el noveno grado, 9 emprendedoras (42,85%) apenas llegan a los primeros años del equivalente de la escuela primaria, y 1 de ellas nunca ha asistido a la escuela y aprendido a leer por sus propios medios.
La razón principal que impide a las mujeres completar su educación es que, desde una edad temprana, tienen que asumir las tareas del hogar en su propia familia y trabajar para aportar ingresos adicionales a sus hogares. Es importante tener en cuenta que incluso para las cuatro emprendedoras que terminaron la escuela secundaria, terminaron asumiendo las tareas del hogar, cuidando de los demás y laborando en trabajos mal pagados para mantener sus hogares.
¿Qué se necesita para que las mujeres obtengan la misma remuneración que los hombres?
Nuestra investigación proporciona una perspectiva grave, pero realista, sobre la incapacidad de las mujeres para completar la educación superior. Como resultado, su carrera y trayectoria de vida se ve significativamente afectada. Para las mujeres emprendedoras con las que hemos trabajado, muchas de ellas expresan tristeza al hablar de sus sueños que quedaron atrás.
Entre las historias compartidas, hay una de ellas que dice: “Quería ser maestra, pero mi madre me dijo que tenía que ayudar con su negocio de venta de frutas y verduras y que también tenía que cuidar de mis hermanos menores. Ella enfatizó que no podíamos permitirnos el lujo de ‘perder el tiempo’ conmigo asistiendo a la escuela.”
A pesar de que esto fue hace más de treinta años, los ojos de la emprendedora todavía lloran y su voz tiembla cuando relata esta parte de su vida. Agrega que si no cumplió su sueño fué por las creencias y costumbres de su familia y no porque no tuviera la capacidad de hacerlo.
Otra participante, cuando terminó su primer año en el WEP, se sorprendió con todo lo que había aprendido y compartido “si hubiera tenido la oportunidad de estudiar antes y aprender a manejar mi negocio como lo he hecho en el Proyecto, mi vida y la de mis hijos habría sido mucho más fácil”.
El Proyecto de Empoderamiento de la Mujer proporciona acceso al derecho a la educación que la sociedad ha negado previamente a nuestros participantes.
Prosperan a lo largo de su tiempo en el Proyecto, desarrollando sus habilidades empresariales a través de diversas actividades y aprendiendo del conocimiento del otro y experiencias pasadas.
A menudo se sorprenden de cómo su perspectiva de la vida se volvió increíblemente diferente después de participar en el Proyecto y acceder a los servicios de salud mental, las participantes se sentían empoderadas y confiadas en ser capaces de lograr cualquier cosa que decidieran. A medida que las emprendedoras descubren habilidades para toda la vida, han encontrado nuevas esperanzas de mejorar sus condiciones de vida y disfrutar de sus vidas.
Únete a estas emprendedoras y rompe lo establecido: Es igualmente beneficioso para las mujeres tener acceso a la educación al igual que los hombres. Apoyar nuestros esfuerzos para dar a más mujeres salvadoreñas acceso a la educación apadrinando a una emprendedora hoy.
Con tu apoyo, podemos seguir descubriendo mujeres increíbles y apoyarlas en el cumplimiento de sus sueños.