Esmeralda trabajó muchos años en el área médica específicamente en control de calidad de un laboratorio y siempre le gustó hacer algo para que las personas se sientan bien. Fue esto lo que la inspiró a hacer un curso de masoterapia, fue un curso corto con el cual no se sentía preparada para ponerlo en práctica, eso la deprimió pensó que no lo iba a lograr. Después una amiga le presento el Proyecto de empoderamiento de Mujeres y decidió inscribirse.
Todo el aprendizaje fue de gran ayuda, la ayudaron a tener esperanza en su proyecto, a no darse por vencida. Ella sabía que era importante tener un diploma para mostrar a sus futuros clientes que estaba certificada así que fue lo primero en lo que la apoyo el programa.
Cuando terminó el curso empezó dando masajes a domicilio, iba a donde la necesitaban los clientes. Luego, con un poco de ayuda económica pudo comprar su “Canapé” para empezar su negocio en casa, una de las limitantes que tuvo fue que solamente podía atender a mujeres, debido a que se encontraba sola en su casa y tenía miedo de que algo le ocurriera, además de esto vive en una colonia privada lo cual la limitaba a los habitantes de la misma.
Agradece toda la ayuda que se le ha brindado, le ha permitido crecer personal y profesionalmente.
Actualmente trabaja en una clínica junto a 3 profesionales más, ya no se encuentra sola y puede atender a personas de ambos sexos, tiene un horario fijo, de 8am a 5pm, el cual la beneficia porque antes, tenía que atender a los clientes a la hora que llegaran a su casa, lo cual dificultaba su vida familiar y su descanso.
Tiene el deseo de especializarse más para ampliar la gama de servicios que ofrece, a la vez satisfacer las necesidades que tienen los clientes. El próximo proyecto que desea emprender es el de atender a profesores de escuelas cercanas porque sabe que necesitan un masaje después de vivir tantas situaciones estresantes en su día a día.
Esmeralda espera seguir aprendiendo más en el programa y sabe que es importante ponerlo en práctica.